November 4th, 2010
La discusión diferida para concretar una reforma laboral finalmente saldrá de la congeladora en los próximos días cuando el PRI presente ante el pleno de la Cámara de Diputados una iniciativa planchada con las organizaciones sindicales y percudida por el escenario preelectoral.
El viejo modelo obrero-patronal que sirvió como sistema de control para sostener a los regímenes priístas, ahora, pretende reproducirse bajo una consigna: servir como mecanismo de presión frente al calderonismo y sentar las bases del regreso del PRI, pero sobre todo dotar de un poder inconmensurable a los sindicatos, que reniegan de la transparencia y la flexibilización laboral.
De hecho, la iniciativa de reforma a diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo (LFT) que llevará la rúbrica del PRI dice con todas sus letras: “Se simplifica el trámite de registro sindical y se elimina expresamente cualquier facultad, explícita o implícita, que las autoridades pudieran haber tenido para inhibir el nacimiento y vida de los sindicatos”.
En otras palabras, lo que quieren los priístas en la Cámara de Diputados –que se pueden mover a sus anchas gracias a su mayoría– es eliminar la llamada “toma de nota”, razón por la cual se han encendido los focos de alerta en el resto de las fuerzas políticas, especialmente en el PAN.
Sobre esta línea, Tomás Del Toro del Villar, diputado del PAN y presidente de la Comisión de Trabajo en la LX Legislatura, considera que la anulación del registro que la autoridad apunta para establecer la existencia de una organización significa un grave riesgo.
Mientras tanto, el PRD se mantiene sigiloso, pero al pendiente del rumbo que se intente dar a las negociaciones. De momento, y al calor de las discusiones sobre el Presupuesto de Egresos 2011, el diputado Vidal Llerenas coloca como tema clave la situación del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), porque, dice, “no podemos dejar a esas personas en la calle”.
Con este marco, las negociaciones en el Congreso empiezan a alborotarse. Se espera un crudo debate, aunque también persiste la incógnita en torno de la actuación del gobierno federal sobre este asunto. Para nadie es un secreto el diplomático discurso que ha pregonado Javier Lozano, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, hacia el CT y la CTM.
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